viernes, 7 de junio de 2013

CARTA ABIERTA A LOS HIJOS DE PUTA DEL MUNDO

Hoy he leído esa noticia de un príncipe saudí que ha demandado por difamación a la revista "Forbes" por incluirle, tan sólo, en la 26ª posición de los hombres más ricos del mundo -cuando su fortuna es varios millones de dólares superior a lo que estima la publicación- . El “flower-power” de turno dirá algo del tipo: “ese hombre es tan, tan pobre…que sólo tiene dinero”…Yo prefiero decir simplemente que es un repugnante mojón con turbante. Pero eso da igual; este tipejo en cuestión es irrelevante. Lo importante para mí de esta noticia es lo claro que me ha hecho ver que la indignación de este príncipe no dista mucho, en esencia, de la indignación que de un tiempo a esta parte se ha implantado en la mayoría de la gente…Sí, sí, ¡no empecéis a insultarme todavía, hijos de puta!
Desde que la crisis estalló, no dejamos de ver crecientes gestos de solidaridad para con los más damnificados, unidos a iracundas críticas hacia los poderes económicos que nos han llevado a esta situación…Pero, desgraciadamente, me temo que sería aterrador conocer el porcentaje de los llamados “indignados” que, lo que el fondo les jode, es verse apartados del sistema; o sea: no tener la posibilidad de seguir chupando del tarro…Y es que eso era a lo que nos dedicábamos la mayoría de los españolitos en los tiempos de “bonanza”; a “aprovecharnos” insensatamente de este capitalismo voraz que te invitaba a disfrutar de lo que no puedes comprarte (tan sólo con hipotecarte hasta las trancas), y a especular con tus posesiones (es decir, las del banco) porque mamá nos enseñó que alquilar es tirar el dinero…etc., etc.
¿De verdad nadie notaba el tufazo de semejante tinglado?...Supongo que será como cuando uno quiere creer que la gonorrea de su novia se debe a un exceso de higiene.

Lo peor de todo es que, buena parte de lo que los indignados añoran, pertenece descaradamente al concepto de esclavitud; esa esclavitud que genera el hecho de tener que trabajar cada vez más porque cada vez parece más necesario tener más y más cosas… (esa mierda que muchos quieren confundir con la “productividad”) …¿Qué más da que ya casi no quede tiempo libre ni energías para disfrutarlo? Lo importante es poseer todo tipo de adminículos que llenen nuestro vacío…Ambición, en una palabra (y en su acepción más negativa)
Ya sé que hay gente cuya ambición carece de esa acepción negativa, gente dotada de un altruismo sincero y desinteresado. Pero incluso el altruismo más genuino es incapaz de escapar del inherente egoísmo de la especie humana; nadie podrá negar que hacer el bien te hace sentir bien…por tanto, al ser buenos, también buscamos nuestro bienestar (pero esto ya es rizar el rizo, disculpadme esta divagación tan gratuita) El caso es que, aunque siempre han existido auténticas buenas personas, ese radical cambio de mentalidad -imprescindible para la convivencia de una humanidad con recursos para todos- JAMÁS se ha producido.
Aunque esta vez se da una circunstancia que despierta en mí la sensación de que un cambio en esa dirección pueda producirse en un futuro cercano (digo "en esa dirección" porque, lógicamente, nunca será total) Y no es que vaya a producirse porque ahora la humanidad esté más concienciada y otras ternuras por el estilo…Lo que me resulta realmente esperanzador es saber que, nunca antes en la historia, estuvimos tan cerca del inminente agotamiento del petróleo y otros recursos naturales de los que ahora nos valemos, así como del punto de no retorno del cambio climático y demás barbaries fruto de nuestra insaciable explotación del planeta…Con lo cual, dicho cambio al final será algo obligado, impuesto por los acontecimientos objetivos. Esto es lo bueno del egoísmo humano: con tal de perdurar, somos capaces hasta de hacer las cosas bien (ya lo dijo Winston Churchill en referencia al poder estadounidense: “Los norteamericanos siempre harán lo correcto...después de haber agotado todas las demás alternativas.”)

Además, sabemos que hoy en día la Tierra está más plagada que nunca de personas frustradas porque no pueden cubrir sus ambiciones, y que, como consecuencia directa, también hay un porcentaje más alto que nunca de gente del supuesto primer mundo que apenas puede cubrir sus necesidades más básicas de supervivencia. Por tanto, la conclusión más evidente, es que ese necesario cambio de mentalidad ha de sustentarse en un cambio de nuestro tipo de ambiciones (incluso las de los flipados que, aún perteneciendo al sistema, nos creemos más “puros” que la mayoría capitalista)

Por eso ahora yo os pregunto, mis queridos montones de mierda: ¿cuántos de los damnificados por la crisis creéis que nunca volverían a chupar vilmente del tarro si su situación económica se restableciese?
¿Y vosotros?... ¿Cuántos de vosotros estáis en disposición de afirmar taxativamente que, de estar en el poder, no acabaríais sucumbiendo a la tentación de usarlo indebidamente en beneficio propio?
Aunque, la cuestión real se me antoja aún más sencilla: tú, que estás leyendo esto ahora (si es que alguien se digna a leerlo): ¿PODRÍAS SER RICO?…Me refiero al hecho de estar forrado y que no te quite el sueño que millones de personas estén condenadas a morir de hambre, tan sólo por haber nacido en un lugar concreto del hemisferio sur…Supongo que, uno de los pocos lujos que no se puede permitir un millonario, es el de reflexionar con franqueza sobre el número de personas que podrían seguir vivas tan sólo con la pasta que le sobra.

En serio, qué calificativo se puede poner a un planeta donde está perfectamente comprobado que TODOS sus habitantes dispondrían de recursos suficientes para vivir bien -si estuvieran uniformemente repartidos- , y aún así, siempre hay una de las dos mitades que se queda con todo (sin ir más lejos, en España hay más casas vacías que gente sin casa)… ¡Es de locos!

…Pero no te preocupes; si estuvieras forrado siempre encontrarías una justificación relativamente convincente para limpiar tu conciencia (todos lo hacen)
Y además nos queda el consuelo de que, si un día cambiasen las tornas y el mal llamado tercer mundo accediese al poder… seguramente no se portarían mucho mejor que los poderosos de ahora (la historia está repleta de ejemplos que lo confirman) No me dirás que eso no supone un relajante bálsamo para Pepito Grillo…

Por otro lado, aunque los humanos también traemos de serie cualidades muy dignas para luchar contra el lado oscuro, nuestro eficaz instinto de supervivencia suele impedir que nos respondamos a ciertas preguntas demasiado comprometedoras…Quizá porque nos acojona descubrir cuál es nuestra naturaleza dominante. Quizá porque intuimos que la respuesta nos llevaría a una conclusión tan simpática como ésta: 

La mayoría de nosotros en el fondo somos unos auténticos HIJOS DE LA GRAN PUTA, lo que ocurre es que sólo algunos pueden ejercer.


¡Hala, a seguir bien!


Fdo: Dani-ÉL.
(escrito desde mi Ipad 3 © con pantalla retina)